domingo, 23 de enero de 2011

LA COMPETITIVIDAD CARNAVALERA

El ser humano es un ser tremendamente competitivo. Es por eso, que en demasiadas ocasiones caemos en el error de confundir la simple competitividad con enemistad, llevamos la rivalidad a provocar piques innecesarios y convertimos simples competiciones en pequeñas guerras.

Éste tema está muy relacionado con una situación que se nos presentó la semana pasada, en relación a la posibilidad de realizar un concurso de Chirigotas en el Carnaval de nuestra Localidad, ahora que afortunadamente serán dos las agrupaciones que se presenten. Se nos consultó la posibilidad de suplir el concurso por dos accésit que premiarían a ambos conjuntos por igual, todo ello para evitar piques o problemas entre ambas agrupaciones. Aquí es donde veo el verdadero problema. Relacionamos el concepto “concursar” con el concepto “pelear”, pensamos de antemano que la realización de un concurso puede provocar más efectos negativos que positivos, algo que, al menos en este caso, creo que es totalmente equivocado.

Llevamos años luchando porque la fiesta del Carnaval en nuestro pueblo sea cada vez más nutrida y, éste año, tenemos la suerte de que otro grupo de amigos, además del nuestro, se han unido con el propósito de que el Carnaval crezca. Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Nos une la pasión por esta fiesta, las ganas de hacer reír, la crítica a lo criticable, la ironía, la música, en definitiva, sentimos lo mismo por esta celebración. Pensar que un simple concurso puede afectar nuestra relación es mucho más arriesgado que afirmar que no lo hará. Concursar es sano, ayuda a superarse año a año, te motiva día a día a mejorar, en definitiva, es un condimento más que sazona al punto esta fiesta tan esperada.

Es por eso que no creo que se deba pensar que el concurso puede provocar efectos negativos, si no todo lo contrario. Somos seres competitivos, pero ante todo, el ser humano es social, y nuestras relaciones son lazos fuertes que no debe separar una pasión común, un objetivo común.

Siguiendo con el tema de la competitividad en el Carnaval me gustaría hablar ahora del aspecto negativo de la misma. Puedo llegar a comprender que en diversos deportes, como el fútbol, las aficiones se enzarcen en disputas sobre quién ganará la Liga, la Copa o las competiciones en las que participen sus equipos solo viendo los integrantes que componen sus plantillas, pero no veo lógico que se aplique el mismo patrón de conducta a un concurso artístico, como por ejemplo el Carnaval de Cádiz. Me resulta cuanto menos desafortunada la afirmación “Este año ganará tal comparsa o chirigota” cuando aún no hemos tenido la oportunidad de escuchar el repertorio que presentan. Para algunos hay que defender a “tal autor o agrupación” canten como canten, sean cuales sean sus letras o sea cual sea su actuación, en definitiva, convertimos a la Comparsa del Aragón en el Real Madrid y a la de Antonio Martín en el Atlético de Madrid, por poner un ejemplo. Convertir el Carnaval en una disputa de hinchas es el error que puede acabar con esa fiesta. Escucha a todos, valora a todos, se imparcial, y opina, pero no hagas lo contrario, opinar sin valorar a los demás y mucho menos sin haberles escuchado.

No es dañino competir siempre y cuando se sepa que los límites de la competición sana son fácilmente traspasables, y hay que cuidar, y mucho, las formas.

Aprovecho, por tanto, la oportunidad que el Blog me proporciona, para animar a todo el mundo a llenar nuestro pueblo de alegría el fin de semana del 4, 5 y 6 de Marzo.

El Carnaval es la época en la que la alegría debe inundar cada rincón, pues de penar ya hay tiempo el resto de año.

Un Saludo.

Francisco Javier Gallardo Calzado (Estudiante de Licenciatura en Derecho)

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