jueves, 10 de marzo de 2011

Sensación contradictoria.

Lo prometido es deuda, y no podemos dejar en el olvido este blog que tan buena aceptación ha tenido en los últimos meses. Tras unas semanas de descanso, provocado por el poco tiempo del que disponiamos por diversos motivos, el blog "Nuevas Voces del Sur" vuelve con un artículo de Laura Ávalos. Una reflexión sobre la reacción que la acción de los jóvenes tiene en nuetsra sociedad y la encrucijada que provoca no estar de acuerdo con dicha percepción. Sin nada más, animo a todos a participar en nuestro Blog, que esperamos vuelva a recuperar su actividad poco a poco. Gracias.

Sensación contradictoria.

Cojo de nuevo la palabra que Francisco me ofrece, para intentar reproduciros un sentimiento, sensación y realidad, bastante contradictorio que me ha dado mucho que pensar últimamente.

No es raro escuchar y leer noticias como,“ la juventud de hoy en día no sabe lo que quiere ni lo que tiene”; “ menudo futuro nos espera”; “estos jóvenes no sirven para nada”, y así podríamos reproducir muchas más, que no dudo que todos leéis en los periódicos a diario. De hecho, mi sorpresa viene porque de un tiempo a esta parte no hay mañana que abra el diario y no vea un comentario, reflexión o titular que al tema se refiera.

Mi contradicción se produce al pararme al pensar y ver las dos caras de la moneda. La que veo, escucho y vivo y me horroriza y la que reproduzco como joven de la sociedad en la que vivimos.

La que me horroriza es la de muchos jóvenes menores de 18 años, que prácticamente apuestan por tirar su vida por la borda. Van a la deriva, viviendo como si no hubiera más mañana que el de hoy. Observando esta cara de la moneda, siento pena y decepción de que una parte de nuestra juventud se niegue rotundamente a saber, al placer de saber. Me da pena y siento lástima, de que exista una juventud que desprecie a sus padres, en lugar de venerarlos por ser la esencia de su vida. Pero siento pena que gran parte de esta juventud no tenga ese interés por conocer, aprender, saber, investigar y analizar su futuro, el pan que le dará de comer el resto de su futuro.

Con este párrafo, no quisiera generalizar ni mucho menos, solo evidenciar que existe en España, estadísticamente hablando, un elevando tanto por ciento de jóvenes escolares hasta 18 años, que abandonan sus estudios obligatorios o con suerte logran llegar a bachiller. Estadísticamente hablando también vemos que existe un elevado nivel de jóvenes que por motivos varios desisten de labrarse un futuro y apuestan por vivir de rentas familiares.

Como digo, no quisiera generalizar y me alegra enormemente poder ver y explicar la otra cara de la moneda, la contradictoria a toda esta realidad estadística.

Vemos, sin embargo, la otra cara que, como ya digo, es de la que me enorgullezco y por la que tengo una lucha diaria y personal, como muchos. Esta cara es la de miles y miles de jóvenes que se dejan la piel y el alma luchando por sus carreras y por el sentimiento último de cumplir sus muchos objetivos. Jóvenes que salen a la calle día a día en busca de trabajo, esperanzas y oportunidades. Jóvenes que sueñan con hacer más y más por ellos y por lo que les rodea. Estos jóvenes, que gracias a dios, son la mayoría SÍ son el futuro. Y además son un gran futuro.

A la gente que escribe o habla o incluso piensa, que la juventud de hoy en día no tiene nada que hacer, solo pierde el tiempo y no tiene interés por su vida, les diría que se fueran a las universidades y vieran si un 20 de enero o un 15 de junio tienen un sitio para poder sentarse en una biblioteca, dudo mucho que así sea.

¿Entendéis mi sensación contradictoria?

La realidad, no la podemos negar y cierto es que existen jóvenes que no quieren estudiar, ni saber ni casi casi respetar. Pero muchos otros jóvenes hemos hecho que esta realidad sea minoritaria.

Desde aquí me gustaría animar a toda la juventud, que valore el arte de saber, sobretodo de querer saber aunque sea por el mero hecho de saber, valga la redundancia.

Que el saber no ocupa lugar, nos lo dicen desde niños.

Gracias por leerme.


Laura Ávalos (Estudiante de la Licenciatura en Derecho)