lunes, 20 de junio de 2011

Del 15M hacia delante.

Una nueva semana y un nuevo artículo que llega a Nuevas Voces del Sur. Esta vez es la voz de Laura Polo Carrillo la que vuelve a resonar en este espacio de opinión, haciendonos llegar los ecos del movimiento 15M. Una profunda reflexión sobre su visión de la realidad y de este movimiento que poco a poco está calando hondo en la mente de muchos jóvenes y no tan jóvenes. 


Del 15M hacia delante.

Hace unos meses encontré, casi por casualidad y sin saberlo, lo que se convertiría en un auténtico manifiesto alentador. Su portada a modo de invitación, su tamaño reducido y su precio (muy acorde con lo que en ese momento llevaba en el bolsillo) fueron razones suficientes para comprarlo y devorarlo en unos veinte minutos. En él me encontré con un Stéphane Hessel indignado ante la pasividad y apatía de la mayoría de los jóvenes europeos ante la sociedad actual, y haciendo una llamada a los mismos a la insurrección pacífica a través de párrafos como éste:
“Buscad un poco, encontraréis. La peor de las actitudes es la indiferencia, el decir “yo no puedo hacer nada, yo me las apaño”. Al comportaros así, perdéis uno de los componentes esenciales que hacen al ser humano. Uno de sus componentes indispensables: la capacidad de indignarse y el compromiso que nace de ella”.
¡Y vaya si nos indignamos! Supongo que en todos estaba esa semilla podrida, todos la reconocíamos, pero nadie se atrevía a dar el paso.
Las estructuras sociales no funcionan. Pilares como la política, la educación, la sanidad y la economía, están desfasados y piden a gritos una rápida depuración y renovación. Gritos que desde el 15 de mayo no han parado de sonar en las principales plazas de nuestro país y que los políticos, parece ser, tienen dificultades para comprenderlos.
Abordando el movimiento 15 M o “Democracia real ya” desde el punto de vista mediático, no encontraremos más que desinformación, distorsión y manipulación. Muchos han sido los intentos, y más ahora observando el color del que se viste España, de calificar a este movimiento como antidemocrático, un “pequeño” grupo antisistema dirigido por ideologías de izquierdas, éstas intentado sacar bocado ante unas muy cercanas, y ya pasadas, elecciones.
No señores, la gente que ha salido a la calle no son borregos ni títeres mangoneados por la izquierda. Son PERSONAS que exigen el cambio de una democracia que no les representa, una democracia que no premia el esfuerzo de miles de jóvenes parados (la generación mejor formada con el futuro más negro), una democracia que responde al capital financiero de una minoría, y no al voto libre y consensuado de millones de personas.
El principal problema es no saber interpretar correctamente la esencia de este movimiento, y me refiero ahora no a los políticos, sino a personales “civiles”. No se puede permitir relacionar actos vandálicos, como los recientes ataques físicos a los parlamentarios catalanes, con todas aquellas personas que, de una forma u otra, se sienten integrantes del movimiento 15M.  También hay que luchar para evitar que este tipo de comportamiento pueda ensuciar y entorpecer el buen hacer que ha caracterizado a los indignados.
Y seguro que aún así quieran tacharlo de movimiento antidemocrático. Precisamente es con lo antidemocrático con lo que se quiere acabar. La gente que se ha echado a la calle está haciendo una defensa individual de sus derechos, obviando ideologías, y a la vez una lucha colectiva, buscando ese sistema que nos represente a todos. Aquí no hay cabida para términos, estos sí desfasados, como izquierda y derecha.
Supongo que todo lo que estoy desarrollando son conceptos a los que nos hemos acostumbrado durante este último mes y del que habrán surgido tantas interpretaciones como personas. Lo que yo pretendo es ir un poco más allá. Que cada uno haga examen de conciencia con su papel en esta sociedad, ¿estáis conformes con lo que tenemos?, ¿creéis que es lo que nos merecemos, que ya no se puede avanzar más democráticamente? Personalmente, sólo veo injusticias mire donde mire, la continua violación, si no de mis derechos, los de mis vecinos, familiares, amigos… No nos olvidemos que la sociedad la formamos todos. El mundo no está hecho para una minoría acomodada, así que, podemos empezar a hablar de una lucha por una sociedad más justa sin que nos tachen de idealistas y utópicos, porque es lo que finalmente conseguiremos, esa sociedad en la que los derechos sociales nos estén infravalorados y supeditados a la economía financiera.  
Que no le quepa duda a nadie de que estamos presenciando una nueva transición, algo que está haciendo historia, que formará parte de los libros de texto el día de mañana.
Ni izquierda, ni derecha, y mucho menos hacia atrás, ahora nos toca mirar hacia el único camino posible, hacia delante. 

Laura Polo Carrillo
Estudiante de Licenciatura en Comunicación Audiovisual.


2 comentarios:

  1. Buen artículo Laura! Comparto tu opinión y tu notoria indignación.

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  2. ¡Enhorabuena Laura!
    Como ya sabes, totalmente de acuerdo contigo.
    Los medios de comunicación, manipulando, no conseguirán nada, sólo engañar a cuatro infelices...

    Francisco Pérez.

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