martes, 1 de febrero de 2011

La Política del Desencanto.

Dejamos atrás el mes de Enero, en el que nuestro Blog ha aumentado sensiblemente su número de visitas, algo que agradecemos sinceramente.
Nuevo mes, Nuevo Artículo y nueva coladoradora. Es un placer que nuevos amigos se animen a formar parte de éste proyecto, y en esta ocasión es Irene Crespo Borrego la joven que ha decidido compartir con nosotros sus opiniones. Ésta joven afincada en Granada, con raices Cañeteras y muy vinculada a la provincia de Jaén, concretamente a Úbeda, nos presenta un artículo muy interesante, una reflexión que nos va a ayudar mucho en este periodo preelectoral que viviremos muy pronto. Sin nada más, afrontamos un nuevo mes con interesantes proyectos e ilusiones renovadas.
Aprovecho estas líneas para anuciar que como cada Jueves, a partir de las semana pasada, volverá la Sección "Con Tilde en la Ó".
Disfruten de la lectura.



La Política del Desencanto.

En el primer artículo que inauguraba este blog, un familiar y amigo comentaba “ no es que estemos asqueados de la clase política, no lo creo, pues son parte esencial de nuestra sociedad, pero su imagen llega a estar tan deteriorada…”

Partiendo de aquí, coincido en que puede que los ciudadanos no estén asqueados de la clase política, puede que sólo estén desencantados, quizás desencanto sea la palabra que mejor define el sentimiento de casi cualquier persona hacia los gobernantes que marcan, actualmente, el destino de nuestro país. No es algo reciente, que sólo aparezca en los momentos de crisis, es algo que viene de largo, que se ha ido gestando poco a poco. El por qué de ese desencanto no podría decirlo yo, seguramente es un cúmulo de múltiples causas, de acontecimientos generales e historias personales, de gobiernos de unos y otros, de promesas incumplidas, de desacuerdos, de inoperancia. Sin embargo, desde mi humilde opinión y experiencia, tal vez si pueda aportar algo de luz sobre uno de los hechos que ha ido convirtiendo poco a poco la política, en la política del desencanto.

Es habitual en nuestro día a día escuchar expresiones dedicadas a los políticos tales como “son todos unos chorizos”,“ la gente no les importa, solo buscan ganar dinero”, “lo único que saben hacer es pelearse y no resuelven nada”, etc, etc. A pesar de todo, no sé si por suerte o por desgracia, yo aún pienso que existen políticos honrados, políticos verdaderamente capacitados e interesados en resolver los problemas reales de los ciudadanos, yo aún creo en la política, pero no puedo decir que no me haya desencantado de ella.

El problema, es que esa clase de políticos no son siempre los que llegan a los altos cargos, los que llegan, no suelen ser los mejor formados, los más capacitados o los más honrados, en la mayoría de los casos los que llegan son los que mejor saben posicionarse, los por todos conocidos, hablando pronto y mal, como “lameculos” eso sin contar a los “enchufados” que seguro que constituyen otro porcentaje importante.

Hablo con conocimiento de causa cuando digo que normalmente esos son los que llegan alto, los que saben arrimarse al sol que más calienta, los que están en lugar adecuado en el momento adecuado, los que encuentras disponibles para ponerse a las ordenes del líder del partido de turno a las 2 de la madrugada, a las 10 de la mañana y a las 11 de la noche, los que no rechistan, los que obedecen. A pesar de las excepciones (siempre las hay), esta suele ser la tónica general, y ello me preocupa bastante.

Me preocupa el hecho de que pueda valorarse más disponibilidad que la formación, me preocupa que el sometimiento prevalezca sobre la opinión y la inquietud, que no se quiera a los que piensan sino a los que asienten. Me preocupa que quien nos representa y toma decisiones por nosotros, quizá no sepa el esfuerzo que supone acabar una carrera o mantener un trabajo, que nuestros gobernantes sean los que se sometían y obedecían, los que lloraban cuando tocaba llorar y reían cuando tocaba reír, los que siempre estaban ahí. ¿Qué podemos esperar de personas cuya única preocupación ha sido llegar a lo más alto? ¿Qué podemos esperar de personas que nunca han visto la política como un medio, sino como un fin?

Es por ello que quizá yo no quiera ese líder mediático del que hablan, ese que queda bien en pantalla, que ha tenido una carrera meteórica y que convence leyendo discursos escritos por otros; quizás yo prefiera al líder inteligente, al comprometido (no con su partido, sino con los ciudadanos), al que se ha preocupado más por formarse y tener los pies en el suelo que por llegar a lo más alto, al que trabaja más en su despacho utilizando la política como medio para resolver problemas, que de cara a la galería…si ese líder existe o no lo desconozco, si alguien así puede llegar lejos en política, por nuestro bien, espero que sí.

Irene Crespo Borrego (Estudiante de la Doble Licenciatura en Derecho y Ciencias Políticas)

4 comentarios:

  1. Aunque en este momento no exista, algunos seguimos creyendo en la política.

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  2. Algunos todavía confiamos en el retorno de la esencia de la política que no es lo que nos quieren hacer creer que tenemos.
    Me gustó tu toque de luz al tema, muy sensato.

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  3. Y yo espero que esta preocupación esté en todos los jóvenes y, sobretodo, a los que al igual que tú pueden que sean de una forma u otra el futuro político de este país. Gracias por tu mensaje esperanzador.

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  4. Antonio García Tejero2 de febrero de 2011, 19:10

    Creo que el artículo da en el clavo de el por qué del poco nivel de los políticos actuales;estoy totalmente de acuerdo en que los que llegan alto no son los mejores ni los más formados, sino los que están el sitio, esos son los que suben como la espuma, claro que son eso, espuma.

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